MÓDULO 1
INTRODUCCION A LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS
Resumen del libro: “El derecho fundamental de la protección de
los datos de carácter privado”, ROJAS
WIEMANN, Javier, Encarnación,
Paraguay, 2014.
*Utilizado con autorización del autor.
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Cómo citar:
ROJAS WIEMANN, Javier (2014). El
derecho fundamental de la protección de los datos de carácter privado. Encarnación:
Ed. San Agustín, pp. 66-72.
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Sumario:
1.— Qué es la Sociedad de la Información o Informacional. 2.— Cumbre Mundial dela Sociedad de la Información. 3.— El impacto de las nuevas tecnologías de la
información y la comunicación. 4.— Qué
es la Sociedad del Conocimiento. 5.— Teoría de la Comunicación.
1 1. Qué es la Sociedad de la
Información o Informacional
Antes de avanzar, merece una breve
referencia en cuanto a que no existe consenso respecto a la expresión sociedad de la información y del
conocimiento, siendo una mayor cantidad los que asumen que solamente
debiera de ser sociedad de la
información, pues el siguiente agregado no responde a los mismos criterios,
estando más bien condicionado a otras reglas del saber. Muchos separan dichos
términos, tratándolos cada uno no solo como materias diferentes sino
alternadas, en el entendimiento del incipiente surgimiento de la sociedad de la información y
posteriormente (algunos sostienen que aún no hemos llegado) la sociedad del conocimiento[1].
Al examinarlas en su contexto general es muy atendible la razón que
mueve a muchos a tratarlas al unísono. No son independientes y más bien todo
indica no un señero saber desconectado o particular sino la concatenación
forjada por medio de amplios estudios al respecto. No obstante hemos adoptado la
opción de tratarlos en forma separada atendiendo a la necesidad de no alejarnos
del tema principal.
Concepto: Manuel CASTELLS sostuvo que en el uso correcto de lo que se
pretendía nominar el término sería sociedad
informacional, haciendo alusión a lo que pretende describir. Sin embargo,
aún con la razonable explicación hecha por el autor español citado, no hace
poco (en el año 2003 en una primera etapa y en 2005 la segunda) se celebró por
convocatoria de las Naciones Unidas y la Unión Internacional de
Telecomunicaciones de la Cumbre Mundial caratulada Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (CMSI), lo que
evidencia ese uso frecuente, más utilizado por la mayoría de las personas que
hace pesar finalmente, o por lo menos, en cuanto a la Cumbre mencionada, en la
que también nos referimos más adelante. Incluso, corrobórelo en el ítem 121 de
la Declaración de la Cumbre, en el que se estableció la fecha 17 de mayo, como Día Mundial de la Sociedad de la
Información.
Las
legislaciones –si bien esto no es demasiado parámetro pues últimamente nuestras
leyes no reflejan ni el debate ni la cientificidad requerida- adoptaron el
término, observándose en varias latitudes tal coyuntura. Más todavía encontró
lugar dicha terminología en las exposiciones de motivos, tanto de normativas,
reglamentaciones y otras, como también en declaraciones, manifiestos y
conclusiones de congresos, seminarios, cumbres, etcétera.
Nacimiento del término: Toda esta mezcla de eventos y circunstancias,
descubrimientos y avances, impulsos y crecimientos, no hicieron más que colocar
a la sociedad (englobada) en un modelo diferente de interacción, nunca antes
visto. La preocupación empezó a generarse en los países más adelantados, pues
claramente se vislumbraba un futuro incierto, respecto hacia donde concluirían
los emergentes canales. Recuérdese que la mayoría de estas grandes economías, y
consecuentemente urbes, vivía el auge de la Sociedad
Industrial, lo que representaba per
se, sus problemáticas, circunstancias, avances y flujos sociales
determinados hacia otros modelos hasta allí estudiados.
Entonces,
en los años sesenta se plantea un imperativo salvaje: descifrar ese motor que
ganaba espacio a través del intercambio de información.
Se ubica así en el tapete una visión
novedosa pos industrial, perspectiva
no aceptada unánimemente. Las investigaciones siguieron, los planes advertían
las variantes próximas y se apostaba hacia un resurgimiento de la sociedad o su
continuidad. ESTUDILLO GARCÍA[2] agrega:
A
partir de los años sesenta, aparece una nueva sociedad caracterizada por el
incremento de la información, como una definición del mundo moderno creándose
un nuevo paradigma para interpretar el desarrollo social sobre la base del uso
y empleo de tecnologías de información. El concepto sociedad de la información
lleva muchas suposiciones acerca de lo que está cambiando, y cómo este cambio
es efectivo.
Actualmente
la idea de una sociedad de la información es analizada desde dos perspectivas
históricas. Por un lado, se pueden mencionar a aquellos que proclaman una nueva
organización de sociedad que ha surgido del pasado; en este grupo se encuentran
exponentes de las siguientes corrientes: posindustrialismo, posmodernismo y
desarrollo informacional. También hay escritores que ponen énfasis en la
continuidad como Anthony Giddens y Jurgen Habermas. Las dos posturas coinciden
en que la información es parte importante del mundo contemporáneo.
El
citado autor luego de analizar de dónde, cuándo y quién inventó el uso de tal
terminología, señala que algunos asumen que a principios de la década de los
sesenta fue Fritz MACHLUP, a través de un ensayo de cuantificación de las actividades de producción y distribución de la
información, titulándose su trabajo The
production and distribution of knowlegdge in the United State, en el que se
expuso que el tema de la medición de la
información se convierte en parte interesada en el debate sobre la “era de la
información” y el advenimiento de la “sociedad de la información”.
MATTELART agrega que MACHLUP había evitado
reducir la información a las actividades que recurren intensamente a la
tecnología y se había planteado interrogantes acerca de, por ejemplo, las
prácticas no industriales[3].
Eran
tiempos importantes, dado el paso evidente que se daba. Las medidas se
programaban de acuerdo a lo que se avizoraba. Puede significarse que en 1971,
se proyectó un plan elaborado por el Japan
Computer Usage Development Institute (JACUDI), según nos informa MATTELART, en el
que se fija a la “sociedad de la información” como “objetivo nacional para el año 2000”[4].
El impacto de los futuros avances comenzó a especularse unos treinta años
antes.
Otros
que publicaron trabajos similares en esos tiempos fueron el sociólogo estadounidense
Daniel BELL, con su obra El Advenimiento de la Sociedad Postindustrial, Marc PORAT con La Economía de la Información en Estados
Unidos, mientras que en Japón Yoneji MASUDA dio a conocer su trabajo titulado La Sociedad informatizada como sociedad
pos-industrial, todos prácticamente en la década del setenta. No escapa a esto las intensas
investigaciones de Norbert WIENER.
Pero,
¿dónde surgió este término que intenta definir nada menos que las consecuencias
de una revolución marcada por el espectacular desarrollo de la tecnología? Como
suele suceder en otros casos se debe a visionarios que han sabido comprender el
impacto que se estaba generando en la sociedad a partir del desarrollo, en
aquel entonces tan cercano, de las nuevas tecnologías.
Ya
en 1962, Fritz Machlup en su libro “Producción del Conocimiento” de la
Universidad de Princeton (Estados Unidos) intentó describir el impacto
económico que se deriva del desarrollo de las actividades de información y
comunicación, llegando incluso a proponer un ejemplo de cálculo del valor
económico de este tipo de producción que él denominó “producción del
conocimiento”.
Pero
la primera respuesta oficial relacionada con la Sociedad de la Información se
origina en Japón a través del Ministerio de Industria y Comercio (MITI) con el
Plan JACUDI. El Plan JACUDI es un Informe del Industrial Structure Council, titulado Towards the Information Society. En 1972 y a partir de las conclusiones
de ese Informe una organización no lucrativa japonesa, el Japan Computer Usage
Development Institute (JACUDI) le presentó al gobierno japonés el Plan para la
Sociedad de la Información: un objetivo nacional para el año 2000. Este Plan
representó la primera propuesta estratégica sobre las políticas públicas hacia
la Sociedad de la Información.
En
1974, Mark Porat publica “La Economía de la Información” en la Universidad de
Stanford (Estados Unidos). El trabajo de Porat sostiene que las actividades relacionadas
directa o indirectamente con la información se singularizan progresivamente.
Delimita un nuevo campo de la actividad productiva, el de la “economía de la
información”, unido este al desarrollo de las nuevas tecnologías y que va
adquiriendo cada vez más una identidad diferenciada dentro del sector
terciario.
En
1978 Simon Nora y Alain Minc publican L’informatisation
de la societé en el cual introducen por primera vez el concepto de
Telemática, prestando atención al desarrollo del sector de los servicios
informáticos y de telecomunicaciones.
En
el mismo año John Naisbitt publica Megatrends obra que difundió la expresión de
Sociedad de la Información y que presentaba hacia donde se dirigía el mundo en
la así llamada Sociedad de la Información.
En
1980 el japonés Yoneji Masuda, quien fuera director del JACUDI y fundador del
Instituto para la Sociedad de la Información, publicó en este año su libro The Information Society as a post-industrial
Society. La obra tuvo una gran difusión e impacto y terminó por popularizar
la expresión de Sociedad de la Información así como fue un referente en definir
las componentes de las estrategias de desarrollo de la Sociedad de la
Información en muchos países.
Antes
del año 2000, es interesante como los mayores gobiernos fueron usando la
terminología en sus encuentros a partir del año 1995 (G7, G8, en la Comunidad
Europea, en los Estados Unidos, el Banco Mundial, etcétera).
Después
de eso, las organizaciones como la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT,
o más bien ITU por sus siglas en inglés) con el apoyo de la Organización de
Naciones Unidas (ONU), nombraron a la Cumbre Mundial llevada a cabo en dos
fases (del 10 al 12 de diciembre del año 2003 en Ginebra y del 16 al 18 de
noviembre 2005 en Túnez), como Cumbre
Mundial sobre la Sociedad de la Información, que la analizaremos en unas
páginas siguientes.
Aproximación a lo que es la Sociedad de la
Información
Nuestro compatriota la define como “una sociedad en la que la creación,
distribución y manipulación de la información forman parte importante de las
actividades culturales y económicas”, siendo de ese modo, según explica, la
sucesora de la sociedad industrial[6].
Pero en realidad la cuestión es
mucho más compleja que la simple creación o manipulación de la información, si
bien ello no deja de ser una parte central del tema.
A
la sociedad de la información hay que entenderla primeramente desde el ser
humano, el individuo y a partir de allí, seguir el progreso que el mismo
desarrolla. La estructura requiere necesariamente la conectividad o
interconexión del ser individual con otro y otros, pues esa interrelación, para
nosotros y lo hemos expuesto desde el principio y lo haremos en los siguientes
capítulos, es el meollo de toda esta cuestión.
Recién
en la interacción es cuando se
produce un efecto que se llama el tratamiento de la información. Las maneras,
los modos y las clasificaciones de ese sistema
se irán determinando a medida que la interrelación sea mayor y más
sofisticada si se quiere. El ser individual, el usuario se conecta con otros
(no interesando el modo pero no puede negarse que las tecnologías han permitido
la conectividad real y sin
limitaciones) y estos otros a la vez
con cientos, y los cientos con miles y millones y en fin, la “comunicación es el medio” según MCLUHAN.
La
sociedad de la información es la interrelación del ser individual y esto se
debe a su naturaleza social. Podrá notarse así que la diferenciación que se
procuró remarcar a través de los distintos estudios sobre el tema es lo
atinente a lo que trasmite cada usuario: información.
WIENER le
otorga un valor a la misma, como una
materia prima, mientras que KAPLAN recuerda cómo éstas se mueven instantáneamente
y el impacto que con ello generan a distintos niveles y espacios.
De
allí que hace quinientos o setecientos años atrás no podía hablarse de la
sociedad de la información porque el usuario no interrelacionaba más allá de su
tribu o pueblo y procurar superar esas fronteras hasta podía costarle muchos
años, incluso toda la vida. Cien años atrás la cuestión mejoró ostensiblemente
pero aún la interrelación del usuario con su entorno se veía constantemente
frustrada. En la sociedad de la
información la interacción es instantánea.
Es
evidente que centrar el objeto del tema en la información no será para nada un desperdicio de razón, al igual que
cuando se trató sobre la teoría de la
comunicación, que también ubica en la médula a ese proceso en su
elucubración. Pero particularmente, tanto la información como la comunicación
no pasan más allá del ser humano, pues se requiere del conocimiento (función cognitiva del ser humano). No nos vamos adelantar sobre el tema, de la sociedad del conocimiento, pero advertimos que el individuo es el
que crea, distribuye y manipula la información
y la suma de esos usuarios es lo que desemboca en sociedad, este último término ya en el tamiz de la sociedad de la información no más como
sociedad en cuanto a determinado territorio, pueblo, ciudad o país, sino desde
la esfera global.
No
escapa al análisis evacuado el creciente avance tecnológico que impulsó la
expansión y concreción de la sociedad de
la información.
Finalmente, el modelo será encarado según se apropie determinada
perspectiva (económica, política, social, jurídica). Una fórmula económica
diferirá ampliamente no solo de los fines y recursos de otra, intentando
enfocar el lucro y el desarrollo
comercial a partir de la interrelación. El modelo jurídico buscará reglamentar,
proteger y resguardar a los usuarios en esa interacción.
2 2. Cumbre
Mundial sobre la Sociedad de la Información (CMSI)
Se
desarrolló la misma en dos fases. La primera, del 10 al 12 de diciembre del año
2003, en Ginebra, y luego, en Túnez, del 16 al 18 de noviembre de 2005, por la
convocatoria realizada por las Naciones Unidas y la Unión Internacional de
Telecomunicaciones.
Se
plasmaron los siguientes principios, como sigue:
1.
Nosotros, los representantes de los pueblos del mundo, reunidos en Ginebra del
10 al 12 de diciembre de 2003 con motivo de la primera fase de la Cumbre
Mundial sobre la Sociedad de la Información, declaramos nuestro deseo y
compromiso comunes de construir una Sociedad de la Información centrada en la
persona, integradora y orientada al desarrollo, en que todos puedan crear,
consultar, utilizar y compartir la información y el conocimiento, para que las
personas, las comunidades y los pueblos puedan emplear plenamente sus
posibilidades en la promoción de su desarrollo sostenible y en la mejora de su
calidad de vida, sobre la base de los propósitos y principios de la Carta de
las Naciones Unidas y respetando plenamente y defendiendo la Declaración
Universal de Derechos Humanos.
2.
Nuestro desafío es encauzar el potencial de la tecnología de la información y
la comunicación para promover los objetivos de desarrollo de la Declaración del
Milenio…
4.
Reafirmamos, como fundamento esencial de la Sociedad de la Información, y según
se estipula en el Artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos,
que todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión…”.
En el numeral 8, se reconoció que la educación, el conocimiento, la
información y la comunicación son esenciales para el progreso, la iniciativa y
el bienestar de los seres humanos, y se agregó:
Es
más, las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) tienen inmensas
repercusiones en prácticamente todos los aspectos de nuestras vidas. El rápido
progreso de estas tecnologías brinda oportunidades sin precedentes para
alcanzar niveles más elevados de desarrollo. La capacidad de las TIC para
reducir muchos obstáculos tradicionales, especialmente el tiempo y la
distancia, posibilitan, por primera vez en la historia, el uso del potencial de
estas tecnologías en beneficio de millones de personas en todo el mundo.
Luego
se establecieron unos principios fundamentales, entre los cabe citar los
siguientes:
21. La conectividad es un factor habilitador indispensable en la
creación de la Sociedad de la Información. El acceso universal, ubicuo,
equitativo y asequible a la infraestructura y los servicios de las TIC
constituye uno de los retos de la Sociedad de la Información y debe ser un
objetivo de todos las partes interesadas que participan en su creación. La
conectividad también abarca el acceso a la energía y a los servicios postales,
que debe garantizarse de conformidad con la legislación nacional de cada país.
22.
Una infraestructura de red y aplicaciones de las tecnologías de la información
y la comunicación, que estén bien desarrolladas, adaptadas a las condiciones
regionales, nacionales y locales, fácilmente accesibles y asequibles y que, de
ser posible, utilicen en mayor medida la banda ancha….
Inmediato a la declaración de principios, se estableció el plan de
acción. Los objetivos son:
Construir
una Sociedad de la Información integradora, poner el potencial del conocimiento
y las TIC al servicio del desarrollo, fomentar la utilización de la información
y del conocimiento para la consecución de los objetivos de desarrollo acordados
internacionalmente, incluidos los contenidos en la Declaración del Milenio, y
hacer frente a los nuevos desafíos que plantea la Sociedad de la Información en
los planos nacional, regional e internacional. En la segunda fase de la CMSI se
tendrá la oportunidad de evaluar los avances hacia la reducción de la brecha
digital.
En
Túnez, del 16 al 18 de noviembre de 2005, con motivo de la segunda fase de la
Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información, se ratificó el apoyo a la
Declaración de Principios de Ginebra y al Plan de Acción adoptados en la
primera fase de la Cumbre Mundial celebrada en diciembre de 2003[7].
Qué es la Sociedad del Conocimiento
El origen de la expresión se
encuentra también en la basta literatura existente. Lo interesante es que el
término tiene mucha relación con lo anteriormente tratado, vale decir, con la sociedad de la información.
Muchos
sostienen que DRUCKER fue el que la utilizó por primera vez,
mientras que su desarrollo más actual se debe a MANSEL y STEHR.
Desde
los años 1990, el concepto de la ‘sociedad del conocimiento’ ha resurgido tanto
en la política como en las ciencias sociales (véase por ejemplo Reich 1992,
Drucker 1994, Lundvall & Johnson 1994, Stehr 1994, OECD 1996, Krohn 1997, Knorr-Cetina
1998, Willke 1998 y Weingart 2001). Al contrario que el concepto de la
‘sociedad de la información’, este término no hace referencia solamente a la
base tecnológica para caracterizar la sociedad actual y para resaltar las
diferencias con la ‘sociedad industrial’. Pero queda menos claro qué se
entiende por ‘sociedad del conocimiento’. Heidenreich distingue, en primera
instancia, cuatro definiciones:
1.
Similar al término ‘sociedad de la información’, la noción ‘sociedad de
conocimiento’ indica la importancia de las tecnologías de la información y la
comunicación (TIC) y su utilización en los procesos económicos.
2.
La noción resalta las nuevas formas de producir conocimiento. El conocimiento
es considerado como uno de los principales causantes del crecimiento junto con
los factores capital y trabajo. En este sentido, se concede una relevancia
crucial a la producción de productos intensivos en conocimiento y a los
servicios basados en el conocimiento.
3.
Se resalta la creciente importancia de los procesos educativos y formativos,
tanto en su vertiente de educación y formación inicial como a lo largo de la
vida.
4.
Se destaca la creciente importancia de los servicios intensivos en conocimiento
y comunicación, que generalmente se denominan trabajo de conocimiento (véase
OECD 2001 y Reich 1992)
El
concepto de ‘sociedad del conocimiento’ hace referencia, por lo tanto, a
cambios en las áreas tecnológicas y económicas estrechamente relacionadas con
las TIC, en el ámbito de planificación de la educación y formación, en el
ámbito de la organización (gestión de conocimiento) y del trabajo (trabajo de
conocimiento).
De
acuerdo con lo transcripto, en nuestro país fulgura una inmensa e intensa tarea
enfocada claramente a estos menesteres, dado que la importancia para el
desarrollo hoy día, directamente pasan por estos delineamientos.
La
idea de que por primera vez es posible aplicar conocimiento al conocimiento con
el propósito de llegar a uno superior, mayor, fue planteada por Peter Drucker a
principios de los 90. Fue él quien introduce así la noción de Sociedad del Conocimiento,
que permite una rápida adaptación a los cambios y representa una vía de
solución a los problemas económicos. Es en esta reflexión se advierte la misión
de motor de desarrollo o disparador económico que se atribuye a la circulación
del conocimiento. La noción de conocimiento se une así a la de información,
concepto que ya se venía usando para designar al nuevo tipo de sociedad, a fin
de formar parte de procesos comunicativos, de intercambio simbólico, que tienen
el efecto de reforzar algunas de las características más destacadas de lo que
hoy denominamos SIC.
Para Peter Drucker la nueva
forma de trabajar está relacionada con el manejo de la información, este cambio
de paradigma le permite hablar del paso de una sociedad industrial a una
sociedad del conocimiento.
Lo que llamamos revolución de
la información es de hecho una revolución del conocimiento
(...) es la reorganización del trabajo tradicional basado en siglos de experiencia, mediante la aplicación del conocimiento y en especial
del análisis sistemático y lógico. La clave no es la electrónica sino la
ciencia cognitiva. Eso significa que la clave para mantener el liderazgo en la
economía y en la tecnología que van a surgir estará en la posición social que
tengan los profesionales del conocimiento y la aceptación social de sus
valores. Para ellos ser considerados ‘empleados’ tradicionales sería
equivalente al trato que en Inglaterra (durante la revolución industrial) se
dio a los tecnológos, como si fueran comerciantes (Drucker, 1999, en Micheli
2002).
Se
cristalizan nuevos retos en distintas áreas pero fundamentalmente en la
educación, en la mercantil y en el ámbito laboral, centrados en el conocimiento.
Se dice que EISTEIN ya lo
pronosticaba en su momento, explicando claramente que:
“Todos los imperios del futuro van a ser imperios del
conocimiento y solamente serán exitosos los pueblos que entiendan cómo generar
conocimientos y cómo protegerlos; cómo buscar a los jóvenes que tengan la
capacidad para hacerlo y asegurarse que se queden en el país. Los otros países
se quedarán con litorales hermosos, con iglesias, minas, con una historia
fantástica; pero probablemente no se queden ni con las mismas banderas, ni con
las mismas fronteras, ni mucho menos con un éxito económico”.
Propuesta de la UNESCO
La compleja representación de una sociedad del conocimiento involucra a un
universo de información embutida al
proceso selectivo de rigores científicos como el aprovechamiento, la finalidad,
la clasificación, la preferencia y utilidad de las mismas desgranando para el
ser humano aquello y convirtiéndose en bases cognitivas para el mismo.
Un
elemento central de las sociedades del conocimiento es la “capacidad para
identificar, producir, tratar, transformar, difundir y utilizar la información
con vistas a crear y aplicar los conocimientos necesarios para el desarrollo
humano. Estas sociedades se basan en una visión de la sociedad que propicia la autonomía y engloba las nociones de
pluralidad, integración, solidaridad y participación”. Tal como la UNESCO puso
de relieve en la primera parte de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la
Información (CMSI), la noción de sociedades del conocimiento es más enriquecedora
y promueve más la autonomía que los conceptos de tecnología y capacidad de
conexión que a menudo constituyen un elemento central en los debates sobre la
sociedad de la información.
(…)
En otras palabras, la sociedad mundial de la información sólo cobra sentido si
propicia el desarrollo de sociedades del conocimiento y se asigna como
finalidad “ir hacia un desarrollo del ser humano basado en los derechos de
éste.”
(…)
La UNESCO estima que la edificación de las sociedades del conocimiento es la que
“abre camino a la humanización del proceso de mundialización”.
Luego
las conclusiones al respecto fueron expuestas en ese material de la UNESCO[11] como tres pilares de las sociedades del conocimiento a las que debieran darse prioridad,
como sigue:
Primer
pilar: una mejor valorización de los conocimientos existentes para luchar
contra la brecha cognitiva. Todas las sociedades son depositarias de un rico y
vasto bagaje de conocimientos y recurren en su existencia cotidiana a distintos
niveles y tipos de ellos, produciéndolos y transmitiéndolos por intermedio de
una gran diversidad de medios, prácticas e instrumentos. Disponen así de una
base para desarrollar a plazo más o menos largo las capacidades necesarias para
su desarrollo. A este respecto, en la nueva fase de mundialización que está
experimentando el planeta, uno de los problemas principales que se plantean a
las sociedades es el de conservar las capacidades que ya poseen, porque están
mermando a causa de un éxodo de competencias cada vez mayor.
Ahora
bien, muchos países en desarrollo experimentan hoy dificultades para reconocer
los conocimientos de que disponen, valorizarlos y poner ese potencial al
servicio del desarrollo. Por consiguiente, es importante en primer lugar lograr
que cada sociedad adquiera plena conciencia de la riqueza de los conocimientos
de que es depositaria. Una vez reconocido y analizado con mayor precisión, ese
patrimonio se podría aprovechar mejor para sacar el máximo beneficio posible de
las múltiples dinámicas de la mundialización.
(…) Segundo pilar: sociedades
del conocimiento más participativas. La toma de conciencia de la riqueza de los
conocimientos de que dispone una sociedad exige una movilización de todos sus
protagonistas. Esa concienciación no debe limitarse a identificar lo que hoy en
día se ha convenido en llamar “conocimientos autóctonos” o “tradicionales”, con
vistas a su valorización o preservación específica. Las sociedades del
conocimiento solamente serán acreedoras de su nombre cuando el mayor número posible
de individuos puedan convertirse en productores de conocimientos y no se
limiten a ser meros consumidores de los que ya están disponibles actualmente.
(…) Además, se han manifestado
nuevas exigencias por lo que respecta al desarrollo y la lucha contra la
pobreza. Estas demandas, que ilustran las crecientes aspiraciones en materia de
acceso, integración y participación, siguen siendo objeto de intensos debates a
nivel internacional.
(…) Tercer pilar: una mejor
integración de las políticas del conocimiento. La diversidad de los ámbitos en
los que se observan transformaciones que permiten diagnosticar el desarrollo de
sociedades del conocimiento crea una cierta confusión. Esta sólo podrá
disiparse con una mejor integración de las políticas del conocimiento y un
esclarecimiento de las finalidades subyacentes a la noción misma de “sociedad
del conocimiento”.
De
la definición de esas finalidades y de la formulación de un proyecto de
sociedad depende en última instancia la formulación de políticas a largo plazo
que permitan afrontar los desafíos planteados por la mundialización, satisfacer
las exigencias de un desarrollo basado en el conocimiento y cumplir los
Objetivos de Desarrollo para el Milenio. La formulación de esas políticas
requiere que se amplíen las investigaciones –todavía fragmentarias, pese a la
proliferación de proyectos locales o nacionales– sobre las repercusiones
sociales de las distintas políticas ya adoptadas en materia de conocimientos,
ya se trate de las políticas de enseñanza, de las transformaciones del acceso a
la información científica, de la utilización de ésta por una gran diversidad de
protagonistas sociales o de las consecuencias eventuales de los progresos de la
democracia en línea (e-governance).
Finalmente
el informe de la UNESCO emite diez recomendaciones, que son las siguientes:
1.
Invertir más en una educación de calidad para todos, a fin de garantizar la
igualdad de oportunidades;
2.
Multiplicar los lugares de acceso comunitario a las tecnologías de la
información y la comunicación;
3.
Alentar el acceso universal al conocimiento mediante el incremento de los
contenidos disponibles;
4.
Trabajar en “colaboratorio”: hacia un mejor aprovechamiento compartido del
conocimiento científico;
5.
Compartir el conocimiento ambiental en favor del desarrollo sostenible;
6.
Dar prioridad a la diversidad lingüística: los desafíos del multilingüismo;
7.
Avanzar hacia una certificación de los conocimientos en Internet: hacia
denominaciones de calidad;
8.
Intensificar la creación de asociaciones en pro de la solidaridad digital;
9.
Incrementar la contribución de las mujeres a las sociedades del conocimiento;
y,
10.
Medición del conocimiento: ¿hacia indicadores de las sociedades del conocimiento?
3. La
Teoría de la Comunicación
a. Concepto
Desde siempre fue el objeto de
estudio de los investigadores la interrelación, que surge más tecnificada entre
los seres humanos[12]
pero que no escapa al entorno general.
De allí que se estudió la capacidad
que existe de relacionamiento –intercambiando información- reflexión que centra
a la comunicación y sus elementos
como motivo inexorable del cúmulo de discusiones y teorías. Se llegó a
determinar que la comunicación afecta
todas las áreas de las actividades de las personas y su trascendencia no
encuentra limitaciones, siendo una de éstas las ciencias jurídicas, pero son
otras las disciplinas que se disputan su saber. Queda descifrado que la materia
dentro del ámbito jurídico no pasó a tener monta sino hasta unos siglos atrás.
Los
profusos estudios[13]
no llevaron más que a la elaboración de la teoría
que atrapada en las diferentes concepciones de sus autores, creció dentro
de modelos que permitieron explicar en qué consiste la comunicación, su objeto y
finalidad, algunos inclusive
acentuando su importancia en contextos como el histórico, el económico y el
social.
Fueron
elaborados innumerables modelos y representaciones esquemáticas para la
comprensión del fenómeno con sus estructuras, esquemas, ventajas (marco
conceptual, principios y lineamientos) y desventajas (limitado al método o
concepto), pero para nuestro caso en particular, siguiendo el marco de este
trabajo, únicamente nos detendremos en breve sobre el de los Sistemas (acaso el
menos próspero) que se encuadra en este contexto por el proceso de interacción
entre las partes.
Los
componentes que nuestro modelo considerará no son más que en ese proceso a las
personas (sujetos o usuarios), la interacción (mensaje y relación), y el
entorno (ambiente y tecnología).
En
primer lugar, son las personas las que interactúan en la relación comunicativa
con otras personas, dado que la comunicación
tiene como exigencia la participación por lo menos de dos o más seres humanos
(recuérdese sobre lo que conocemos como “conflicto
intersubjetivo” que es una partícula dentro de las formas de comunicación), aunque admitiríamos la
ampliación (ver en ese sentido el rol de la Cibernética) del concepto por
transmisión de información de hombre
a máquina y viceversa.
Es por ello que para mejorar el
proceso de comunicación y de interacción entre el usuario y la computadora
intervienen en el diseño de los programas de aplicación y de los sistemas computacionales
muchas disciplinas que tratan de contribuir para lograr una mejor interacción
al interior de este proceso… El estudio de la interacción hombre-máquina
pretende ayudar a entender cómo los seres humanos interactuamos con las nuevas
tecnologías. Su objetivo central es determinar los efectos humanos, tanto
psicológicos como cognitivos, y las características afectivas de las
interacciones entre los usuarios y las computadoras en tareas específicas… Se
trata de permitir que las computadoras en general y los sistemas de
comunicación en particular, comprendan e interpreten cabalmente los gestos y
expresiones humanas, especialmente el lenguaje hablado (diálogo). Esta
interacción tiene que ver con cuestiones de aprendizaje y educación.
Surge de ese modo la interacción, lo
que verdaderamente constituye una ciencia, pues ese relacionamiento inunda un
universo de posibilidades hipotéticas como también inimaginables para las
disciplinas. Tal es así que hace veinte años atrás pocos hubieran concebido la
idea de poder contar con una red social tan efectiva como son las actuales
utilizadas en Internet.
Ciencia
y técnica progresan rápidamente, sufren profundas transformaciones internas;
aumentan sus interrelaciones e influencias mutuas y las que ejercen sobre los
procesos productivos y distributivos de bienes y servicios, las industrias, la
agricultura, el transporte y las comunicaciones, los niveles y patrones de
consumo, las condiciones y posibilidades de la vida cotidiana; sobre las estructuras
económicas y sociales, la cultura y las ideologías, el poder, la política, el
Estado, las relaciones internacionales. Todo ello con resultados sin
precedentes en cantidad y calidad, en velocidad y ámbitos de influencia, y cada
vez más a escala planetaria
Otro
factor de la interacción es su efecto, que
resulta lógicamente en acción y respuesta, o más técnicamente lo que
denominaremos la reacción o
interrelación.
Por
último el entorno tiene dos principales composiciones, la finalidad y la valoración.
Se sigue en la primera como interrogante, qué se pretende con la comunicación, cuál es el fin perseguido,
y por la siguiente, la perspectiva, utilidad, uso o determinación de la misma a
través de los medios existentes.
b. El
lenguaje y el idioma
Pasando
a una clasificación más específica de la comunicación,
uno de sus soportes más tangibles resulta ser ese dogmatismo generado entre
las personas, en forma muy general, conocido como lenguaje, y aún más
específicamente, el idioma.
El idioma es un sistema de comunicación. Es una fórmula de datos muy
sofisticada como utilizada.
Es
compleja y hasta la actualidad se siguen encontrando una inmensa variedad
(dialectos), la mayoría provenientes de algunas lenguas básicas como del latín
(protolenguas) o de familias de lenguas. Puede ser verbal o gestual e implícito
lleva el concepto de entendimiento.
Es por esto último que si en nuestro
esquema de comunicación decimos que
el idioma es el medio en el que se
imprime el mensaje, el mismo sólo cumpliría su finalidad si es comprendido.
Y también regresando a la etimología
del término comunicación, la relación
del común respecto al idioma, o lo que es lo mismo, que un
grupo o colectividad hable determinada lengua, es claro que opera en el
colectivo, la comprensión. FOUCAULT[16], explica que:
En un primer examen, es posible definir las palabras por su
arbitrariedad o su carácter colectivo. En su raíz primera, el lenguaje está
hecho –como dijo Hobbes- de un sistema de notas que los individuos han elegido
de antemano por sí mismos: por medio de estas marcas, pueden recordar las
representaciones, ligarlas, disociarlas y trabajar con ellas.
Es importante recordar que FOUCAULT, tomando las enseñanzas de HOBBES, LOCKE y
principalmente de CONDILLAC, señala –en nuestro resumen- que el lenguaje
es un sistema de signos, distinguible de ellos en tanto y en cuanto “representación sucesiva”, con un “análisis
del pensamiento”.
El
lenguaje entonces es una de las bases
de la comunicación, siendo un
instrumento invaluable para las personas. Se cuenta incluso que se intentó en
más de una oportunidad la uniformidad mundial (DESCARTES, LEIBNIZ y otros), para que todos nos entendamos[17].
MATTELART, primeramente
hace referencia a ese proyecto de acercar a los pueblos bajo un mismo código[18]:
El
proyecto de automatización del razonamiento formulado por Leibniz se beneficia
de la búsqueda de un lenguaje ecuménico. Está en línea con su filosofía, que
lleva la impronta de un humanismo cosmopolítico, inscrita en un pensamiento
religioso. El deseo del filósofo es el de contribuir al acercamiento de los
pueblos, a la unificación, no sólo de Europa, sino del “género humano todo
entero”.
Y
luego agrega[19]:
El tema de la lengua universal vuelve con fuerza en el proyecto de
lengua de “certeza geométrica” de Condorcet (1743-1794). La lengua de signos
que el filósofo-matemático propone debe ser apta para “conferir a todos los
objetos que abarca la inteligencia humana un rigor, una precisión, que haría
fácil el conocimiento de la verdad y casi imposible el error” (Condorcet, 1988,
pág. 293). Esta lengua haría un uso amplio de los cuadros, de las tablas, de
los procedimientos de la figuración geométrica y del análisis descriptivo.
Hoy
con ayuda de la tecnología, acaso no se logró tal objetivo. Los diversos
estudios de FOUCAULT lo llevaron a descubrir las singularidades del
lenguaje, afirmando que reencontrar en un espacio único el gran juego del
lenguaje podría formar muy bien “a la vez
un lazo decisivo hacia una forma de pensamiento del todo nueva o encerrar en sí
mismo un modo de saber constituido en el siglo precedente”.[20]
Sin embargo se advierte que la informática también desarrolló un
complejo y técnico lenguaje, que según FALCÓN[21] posee tres vertientes:
a) El
lenguaje de las máquinas y de la comunicación con ellas;
b) la
terminología de los materiales, insumos y programas; y,
c) el de
la diagramación de flujos.
El
lenguaje de las máquinas sugiere
lógicamente lo referente a los programas (software) que reciben las
instrucciones, las interpretan y ejecutan tareas determinadas.
Las terminologías novísimas son la jerga que dan las nominaciones a
ciertos materiales, insumos, programas y
otras cuestiones. Así hoy hablamos de “bit”, “CPU”, “USB”, “Wi-Fi”, “FTP”, y
cuántos términos más.
La diagramación de flujos es el camino que debe recorrer el
programador, siempre en el lenguaje de
programación y para las máquinas. Por ejemplo un Lenguaje Unificado de Modelado
(UML por sus siglas en inglés), es un diagrama de control de actividades
operacionales que representa los flujos de trabajo en forma que tiene
determinado el punto de inicio, desarrollo y acciones y su conclusión.
No
podemos concluir sin señalar que el valor histórico y cultural del lenguaje
adquiere mayor trascendencia para la humanidad cuando en su utilización se
logró la interacción social más justa y democrática que demolió infinitas
fronteras.
c. La
comunicación
El
ser social del hombre, su esencia, es lógicamente lo que sustenta en forma
total y absoluta la ciencia comunicacional. La comunicación desde el origen incluso, consolidó el desarrollo
adecuado que se da en llamar civilización.
Si bien es cierto esta actividad
surge espontánea y naturalmente, no escapa a la ciencia la intriga que se
genera no solo para su control, expansión y perfeccionamiento, sino que la
producción desencadenada de mayores módulos de creación, fomento y difusión,
incluso ni siquiera imaginadas, también permiten inexorablemente una contracción
de problemas y peligros.
Antecedentes: Normalmente se menciona que los sonidos,
señales y signos fueron los inicios del relacionamiento que en gran medida fue
perfeccionándose. PETIT así menciona que antes de la escritura, “los pueblos antiguos pintaban piedras con
signos e imágenes para comunicar elementos esenciales de sus vidas y
comunidades. También fueron muy usadas las palomas mensajeras en las
civilizaciones griegas, romanas, árabes y chinas”[22].
Así se pasó de las señales de humo y
jeroglíficos a la creación de la imprenta en China, afinada luego en el siglo
XV por Gutenberg. En aquel informe elevado por MACBRIGE[23] se explicó que a partir de allí la imprenta
generó un empuje valioso a la cultura.
Aunque
las imágenes y la escritura se reprodujeron por primera vez en grabados o
maderas talladas hace cerca de 2 500 años, se considera que la edad de las
comunicaciones modernas data de la invención de la imprenta, una técnica que se
desarrolló en China en el siglo VIII y en Europa en el siglo XV. Por fin
podrían hacerse gran número de copias del mismo libro sin recurrir al laborioso
proceso del copiado a mano. La mayor disponibilidad de los libros estimuló el
alfabetismo, el que para el siglo XVI incluía grandes porciones de las
poblaciones urbanas de algunos países.
Una
ayuda importante se generó con el descubrimiento de la electricidad que
permitió la utilización de la telegrafía[24],
el teléfono (a través de Graham Bell, en 1876), la radiodifusión, la
cinematografía, el perfeccionamiento de la imprenta rotativa, la televisión y
finalmente Internet, éste último ligado estrechamente a los sistemas
satelitales.
Cada
uno de los pasos conquistados permitían avances significativos brindando mayor
información a las personas de uno u otro modo, difusión que encontraba formas
diversas, abriéndose camino a lo que se dio en llamar los medios de comunicación (y posteriormente masivos), entre los que
se destacó la prensa. Desde
determinado punto de la historia la comunicación
no solo fue ese proceso por el cual las personas interactuaban entre sí, en
forma inmediata, sino que llegaban a sus manos los periódicos, a sus oídos las
frecuencia de radio, y a la vista las imágenes de televisión, que contenían el
mensaje teledirigido con una amplia gama de información, no siempre útil, pero
abundante.
El posicionamiento de los medios de comunicación fue tal, que
muchos lo consideran una necesidad social y por ello PETIT[25] recuerda aquellas cinco:
Los
medios son considerados parte integrante de la cultura social y cumplen
determinadas funciones. En 1973 Katz, Gurevitch – Hass establecieron cinco
clases de necesidades que los medios satisfacen: a) Necesidades cognoscitivas
(adquisición y refuerzo de los conocimientos y de la comprensión); b)
Necesidades afectivos-estéticos; c) Necesidades integradoras a nivel de la
personalidad (seguridad, estabilidad emotiva, incremento de la credibilidad y
del status); d) Necesidades integradoras a nivel social (refuerzo de los
contactos personales con la familia, los amigos, etc.); y, e) Necesidades de
evasión (relajación de tensiones y conflictos).
Concepto: En las líneas que preceden se anotaron entre un poco de historia
que por cierto abarca no menos de tres mil años, algunos someros detalles
impregnados en la sociedad, al punto que no es equívoco afirmar la
trascendencia del progreso en tal sentido, como tampoco que la comunicación abarca diversos factores
del ser humano. De allí que la conceptualización para nosotros no es una tarea
asequible, más aun considerando que el término es polisémico.
Actualmente
sabemos de dónde provienen estas preguntas. Se hicieron posibles por el hecho
de que a principios del siglo XIX, habiéndose separado la ley del discurso de
la representación, el ser del lenguaje se encontró como fragmentado; pero se
hicieron necesarias después de que, con Nietzsche, con Mallarmé, el pensamiento
fue conducido de nuevo, y en forma violenta, hacia el lenguaje mismo, hacia su
ser único y difícil. Toda la curiosidad de nuestro pensamiento se aloja ahora
en la pregunta: ¿Qué es el lenguaje, cómo rodearlo para hacerlo aparecer en sí
mismo y en su plenitud?
Y culminaba en párrafos siguientes:
Es
verdad que no sé responder a esas preguntas, ni tampoco decir qué termino
convendría elegir en estas alternativas.
Si
ha sido un complejo material determinar el concepto del lenguaje la cuestión referente a la comunicación corrió la misma fortuna.
PETIT
siguiendo la postura de RODRÍGUEZ BRITO, señala que la relación comunicativa humana
consiste en la emisión-recepción de
mensajes entre interlocutores en estado de total “reciprocidad, siendo por ello un factor esencial de convivencia y un
elemento determinante de las formas que asume la sociabilidad del hombre”[27].
La
noción principal no escapa a un proceso, que creemos bastante complejo, aun
cuando resulte la misma en forma natural,
instintiva o simplemente como necesidad.
Entendemos
a partir de lo expuesto que la comunicación
se define como el sistema o proceso de interrelación entre dos o más personas
que permite la transmisión de información por medios comunes. Como proceso, se
genera a través de determinados (codificados) pasos con un marcado inicio
(iniciación) producido por el emisor, siguiendo una línea denominada
transmisión. La transmisión no es más que un subproceso imbuido y
predeterminado a convertirse en el transporte del mensaje para el destinatario.
Veamos estos elementos.
Elementos: En general, si bien depende del modelo elegido, los elementos o
factores que la comunicación humana requiere son un emisor, el mensaje, el
canal respectivo y por último un receptor o destinatario.
A
estos que podrían denominarse principales, se agregan otros elementos
secundarios, como el código, el contexto y la retroalimentación.
El emisor (codificador): Si
decimos que el centro del tema propuesto se ubica en la transmisión de
información para comunicar, es imperioso que la misma tenga un precedente, un
productor o emisor que la origina. Es el principio y origen del proceso y el
que define la emisión de la transmisión.
La
codificación del mensaje proviene del emisor,
por lo que también se le atribuye tal denominación y función.
La operación comprende una serie de
requisitos inexorables para la emisión eficaz como la capacidad de establecer uno o
varios canales accesibles y
suficientes para que el mensaje llegue,
la codificación adecuada, útil,
segura o no dependiendo del interés de confianza, protección y finalmente la
certeza que el otro sujeto en esta relación, el receptor, detente los medios para descodificar la información.
Por
último el emisor realiza una
actividad de transmisión, dado que sobre ese mensaje se inserta el impacto de la difusión ya sea ajustada,
limitada y dirigida a uno o varios receptores en forma exclusiva, o amplificado
a varios, sin destinatario resuelto, siendo esto último marcado por la
ejecución de criterios de captación (ejemplo de primero es la comunicación
directa por medio del teléfono, mientras que de lo segundo es la emisión de
radial o televisiva).
Por
esto último, es lo que en dichas ciencias llaman “fuente”, es decir de donde
emana la información que se emitirá.
El mensaje: Consiste en la información trasmitida por el emisor al receptor a través de un canal.
La
cuestión referente al mensaje suscitó
también discusiones de diversas índoles, siendo las que más atisbó a confrontar
a otras posiciones fue su postulación como la de mayor grado de importancia
como elemento de la comunicación, lo
que no genera ninguna concordancia entre los sectores.
No
obstante, el grado de importancia del mensaje
se centra efectivamente en su contenido y de allí en más que pueda ser
considerada el objeto principal de la comunicación.
Es importante mencionar que en todo
el proceso que este sistema requiere, lo único estable y pétreo es el mensaje.
A
través del miramiento de la tecnología, también podemos adicionar un elemento
más, que es el de un transmisor. Este aparato retrasmite la información
pasándolo por distintos circuitos y haciendo que llegue a cualquier parte.
Es
decir, si antiguamente la comunicación era posiblemente gracias a la
inmediatez, interlocutor con interlocutor, hoy con las herramientas existentes
la misma es en tiempo real, para lo
que solamente es oportuno la utilización de medios como el teléfono, micrófono
de radio o televisión u otros dispositivos que convierten al mensaje en señales
electrónicas o electromagnéticas.
El canal: Es la vía, el camino o la conexión que permite
que el mensaje sea transportado al destinatario.
Se requiere así que el proceso concentre a los intervinientes en una
uniformidad comunicativa.
El destinatario (descodificador): La categoría de activo en la transmisión está
centrada sobre el emisor y será el receptor o destinatario el que validará
finalmente el proceso. Es oportuno mencionar que este proceso no requiere que
el receptor participe precisamente al momento, sino que la configuración puede
llevar un tiempo determinado, como por ejemplo cuando se envía una carta tradicional
de una ciudad a otra.
Ahora,
los criterios de oportunidad responden
a problemas que no nos detendremos a analizarlos por exceder el tema propuesto.
Si
existe algún código decretado en especial encriptado, el destinatario recibe el mensaje
descodificándolo para su interpretación.
Al
destinatario va dirigida la comunicación y por tanto el proceso culmina cuando
se descifra, interpreta o descodifica el mensaje.
Calificará
como receptor aquel que no solamente
pueda determinar un canal específico,
sino también recibir el mensaje, y para concluir el proceso, interpretarlo o
descodificarlo, según corresponda, y hasta inclusive construir una comunicación circular.
Y al igual que si para la emisión se utiliza alguna herramienta
tecnológica (transmisor), el receptor también
puede serlo, para recibir dichos códigos, descifrarlos y convertirlos para el destinatario final.
El código: Se lo denomina a determinados signos como las
letras, colores, sonidos u otros, que combinados mediante reglas permiten la
formulación del mensaje. Emisor y
receptor deben conocer el código para poder interpretarlo. Si existe
diferencia, será necesario anexar un intérprete.
El
emisor y el destinatario deben utilizar el mismo código o en su caso, poder dilucidarlo y de allí que en el sistema
comunicacional tradicional, la lengua
es uno de los códigos más utilizados para la interrelación.
El feedback y la retroalimentación: Es una moderna concepción que orienta, una vez
asumido el mensaje, su conocimiento y
consecuente reacción o respuesta, rompiendo el índice lineal del proceso
comunicacional (emisión – mensaje – recepción) y convirtiéndose el mismo en
circular (emisión – mensaje – recepción/reacción y reemisión – mensaje –
recepción). La figura del receptor
pasivo muta a la del activo.
Entiéndase que el proceso ordinario
se amplía, produciéndose la interactividad entre el emisor y el receptor,
llegando un sector a determinar que si no hay retroalimentación, solo se daría
la transmisión de información más no comunicación.
d. La
escritura
La utilización de signos gráficos
permitió la comunicación de un modo
diferente a la tradición sonora, instrumentándose un modo diferente que admitía
recurrir a un precedente que generó el receptáculo de conocimiento.
Entonces
conviene sostener que la literatura y la ciencia “se beneficiaron de la fiabilidad y sistematización que la escritura
propiciaba para acumular y transferir conocimiento”, aunque este auge fue
lento, supuso la “alfabetización de
ciertas personas, creándose las primera escuelas, cuyo objetivo era enseñar a
los escribas la lectura y la escritura”[28].
La
escritura consiste en la
representación gráfica de una lengua determinada que se halla reglada
ampliamente y se produce por medio de signos trazados en un soporte que
comúnmente es el papel, y antiguamente en papiros, pergaminos y otros.
El
trazo de signos mencionado encuentra una excepción que es la escritura Braille,
cuyos signos son táctiles.
La
escritura, el segundo gran logro del hombre, dota de permanencia al mundo
hablado y de continuidad a las comunidades. En los milenios pasados, las leyes
y las prescripciones de ritos ceremoniales se registraron perdurablemente en
tabletas de arcilla, grabados en piedra o pergaminos. Los libros copiados a
mano se convirtieron en un depósito valiosísimo de conocimientos e ideas en las
grandes civilizaciones del pasado. Hace más de 2 000 años, los emperadores
chinos iniciaron a la sazón –principalmente históricos y científicos- en una
serie de libros que habrían de formar la primera enciclopedia del mundo.
[1] En el Informe
Mundial de la UNESCO denominado Hacia las
sociedades del conocimiento, el primer capítulo se tituló como De la sociedad de la información a las
sociedades del conocimiento. Ediciones UNESCO, 2005, p. 29. En Internet:
http://unesdoc.unesco.org/images/0014/001419/141908s.pdf [Acceso: noviembre,
2012].
[2] ESTUDILLO GARCÍA, Joel, Surgimiento de la Sociedad de la Información.
Biblioteca Universitaria, julio/diciembre 2001, Vol. 4, número 2, pp.
77-86. Universidad Nacional Autónoma de México. En:
http://redalyc.uaemex.mx/pdf/285/28540203.pdf [Acceso: noviembre, 2012].
[3] MATTELART, Armand, Historia de la sociedad de la información. Traducción de Gilles
Multigner. Editorial Paidós, Buenos Aires, Argentina, 2010, pp. 65-66.
[4] Ibídem, p. 106.
[5] VALENTI LÓPEZ, Pablo, La Sociedad de la Información en América
Latina y el Caribe: TICs y un nuevo Marco Institucional. Revista Iberoamericana
de Ciencia, Tecnología, Sociedad e Innovación. Organización de Estados
Iberoamericanos (OEI). Nº 2 Enero – Abril 2002. En:
http://www.oei.es/revistactsi/numero2/valenti.htm [Acceso: marzo, 2013].
[6] RIVAROLA PAOLI, Juan Bautista, Ciencias de la Comunicación.
Intercontinental editora, Asunción, Paraguay, 2010, pp. 54-55. Agrega el citado
autor que el “concepto de <sociedad de
la información>, como construcción política e ideológica, se ha desarrollado
de la mano de la globalización neoliberal, cuya principal meta ha sido acelerar
la instauración de un mercado mundial abierto y “autorregulado”, con la
estrecha colaboración de la (OMC), el (FMI) y el Banco Mundial, para que los
países débiles abandonen las regulaciones nacionales o medidas proteccionistas
que “desalentarían” la inversión; todo ello con el conocido resultado de la
escandalosa profundización de las brechas entre ricos y pobres en el mundo” (p.
57).
[7]
http://www.itu.int/wsis/outcome/booklet-es.pdf [Acceso: noviembre, 2012]
[8] KRÜGER, Karsten, El concepto de “Sociedad del Conocimiento”. Revista bibliográfica
de geografía y ciencias sociales (Biblio
3W), Universidad de Barcelona, Vol. XI, nº 683, 2006, en Internet: http://www.ub.edu/geocrit/b3w-683.htm
[Acceso: marzo, 2013].
[9] CROVI DRUETTA, Delia, Sociedad de la Información y el
Conocimiento. Algunos deslindes imprescindibles. En: CROVI DRUETTA, Delia
(Coordinadora), Sociedad de la
Información y el Conocimiento. Entre lo falaz y lo posible. Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM) – Crujía Ediciones, Buenos Aires, Argentina,
2004, pp. 17-56.
[10] UNESCO, Informe Mundial titulado Hacia las sociedades del conocimiento.
Ediciones UNESCO, 2005, p. 29. En Internet:
http://unesdoc.unesco.org/images/0014/001419/141908s.pdf [Acceso: marzo, 2013].
Estas posiciones luego fueron reforzadas por otros estudios, en especial el
titulado Etapas hacia las Sociedades del
Conocimiento (CYRANEK, Günther, Coordinador). Montevideo, Uruguay, 2008. En
Internet:
http://www.unesco.org.uy/ci/publicaciones/EtapasHacialasSocConocimiento.pdf
[Acceso: marzo, 2013].
[12]
“Todos los animales sociales, y muchos
que no lo son, pueden intercambiar información de alguna clase, y algunos de
ellos pueden utilizar una gran diversidad de medios” (BUNGE, Mario, Ontología II.
Un mundo de sistemas. Traducción de Rafael González del Solar. Editorial
Gedisa, Buenos Aires, Argentina, 2012, p.
240).
[13]
“Es por eso que el estudio de los
elementos que configuran el proceso de Comunicación fue una de las más
difundidas (y felices) teorías de las Ciencias Sociales, utilizada profusamente
en todos los niveles formativos…” (VACAS,
Francisco, La comunicación vertical. La
Crujía Ediciones, Buenos Aires, Argentina, 2010, p. 18).
[14] RUIZ-VELASCO SÁNCHEZ, Enrique, Educatrónica. Innovación en el aprendizaje de
las Ciencias y la Tecnología. Ediciones Díaz
de Santos S.A, Universidad Nacional Autónoma de México y el Instituto de
Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE), Madrid, España,
2007, pp. 22-23.
[15] KAPLAN,
Marcos (Coordinador), Revolución
tecnológica, Estado y Derecho. Ciencia, Estado y Derecho en las primeras
revoluciones industriales. Instituto de Investigaciones Jurídicas de la
UNAM, México, D.F., 1993, t. I, p. 148.
[16]
FOUCAULT, Michel, Las palabras y las cosas: una arqueología de
las ciencias humanas. Traducción por Elsa Cecilia Frost. Siglo veintiuno
editores, 2ª edición, 1ª reimpresión, Buenos Aires, Argentina, 2010, pp. 98-99.
[17]
El esperanto es una lengua creada por
Lázaro Zamenhof, aproximadamente en 1887, como un idioma auxiliar internacional
que no tuvo tal éxito, si bien existen muchos que la utilizan, aunque ningún
país adoptara la misma en forma oficial.
El volapük
también es una lengua artificial creada por un sacerdote alemán llamado
Johann Martin Schleyer en 1879 que pretendía –según su lema- ser “una lengua para una humanidad”.
Antes de estos intentos existieron
otros.
[18]
MATTELART, Armand, Historia de la sociedad de la información. Traducción
de Gilles Multigner. Editorial Paidós, Buenos
Aires, Argentina, 2010, pp. 19-20.
[19]
Ibídem, pp. 30-31.
[20]
FOUCAULT, Michel, Las palabras…, p. 321.
[21]
FALCÓN, Enrique M., ¿Qué es la Informática Jurídica? Editorial Abeledo - Perrot, Buenos
Aires, Argentina, 1992, p. 74.
[22]
PETIT, Cristina M., Socialización, medios y tecnologías de la
información y la comunicación (TICS). En: Medios y tecnologías de la información y la comunicación”. Editorial
Brujas, Córdoba, Argentina, 2009, p. 11.
[23] MACBRIDE,
Sean y otros, Un solo mundo, voces
múltiples. Comunicación e información en nuestro tiempo. Informe de la
Comisión Internacional para el Estudio de los Problemas de la Comunicación.
Fondo de Cultura Económica, México, México D.F., 1993, pp. 28-29.
[24]
“En 1835, apareció el primer modelo
telegráfico que desarrolló Morse, perfeccionado con el código de señales a base
de puntos y rayas que, en 1838, se conoció como “Código Morse” (PETIT, Cristina M., Socialización, medios y tecnologías…, p.
11). “La electricidad da lugar a la
invención del telégrafo eléctrico por Samuel Morse, con el electroimán como
elemento activo, y un primer código seriado para usarse en una sola línea de
trasmisión. El telégrafo adquiere de inmediato una creciente importancia
estratégica para militares y políticos; tiene un campo de uso inmediato en los
ferrocarriles; es instrumento eficaz de control político-administrativo
centralizado, y de amplitud y rapidez de maniobra en el ataque y la defensa. El
telégrafo eléctrico es también rápidamente utilizado en la recolección y
distribución de la información” (KAPLAN,
Marcos (Coordinador), Revolución
tecnológica…, t. I, pp. 161-162).
[25]
PETIT, Cristina M., Socialización, medios y tecnologías…, p.
18, citando a Wolf, 1987: 80-81.
[26]
FOUCAULT, Michel, Las palabras y las cosas…, pp. 320-321.
[27]
PETIT, Cristina M., Socialización, medios y tecnologías…, p.
11.
[28]
ALBERICH PASCUAL, Jordi y ROIG TELO, Antoni (coordinadores), Comunicación audiovisual digital. Nuevos
medios, nuevos usos, nuevas formas. Artículo: La Sociedad de la Información y las nuevas tecnologías. Editorial
UOC, España, 2005, p. 3.
[29]
MACBRIDE, Sean y otros, Un solo mundo, voces múltiples…, p. 26.
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